¡Convierte tu tienda en un centro de pagos confiable, chamaco!
A ver, mi gente, pónganse abusados, porque les voy a soltar una de esas que valen oro molido, como diría el Santo contra las momias. Hoy les voy a contar cómo hacer que su tiendita no nomás venda frijol y jabón, sino que se convierta en todo un centro de pagos chido y confiable. Así que, agárrense, que ahí les va el chisme bueno.
1. ¡Más vale prevenir que lamentar, sobrinos!
En esto de los pagos, la confianza es como el pozole bien hecho: si no lo preparas con cariño y buena sazón, nadie lo quiere. Tienes que cuidar los datos de tus clientes como si fueran las recetas secretas de tu abuelita. Que no te agarren como al Chómpiras, todo desprevenido.
2. ¿Nomás efectivo? ¡No, pos no!
Hoy en día la gente ya no carga billetes, carga el cel. Así que no te quedes en el pasado, mi chavo. Dale chance a que te paguen con tarjeta, con el celular, con transferencia o hasta con saldo de su monedero electrónico. Si aceptas de todo, hasta la señora que vende tamales va a querer pagarte con su QR.
3. La pasarela de pago:
tu compa que nunca falla Esto, sobrinos, es como cuando uno elige al compadre que va a cuidar al ahijado: tiene que ser de confianza. Así es una buena pasarela de pago. Busca una que te cobre barato, que sea segura como el barril del Chavo y que se lleve bien con tu sistema. En México hay varias, como Conekta, Openpay o Stripe… esas son como los tres mosqueteros del comercio digital.
Mira, no se trata de ponerle cámaras hasta al garrafón, pero sí de que tu tienda sea segura. Usa certificados (esos que dicen SSL, no los de la primaria), pon contraseñas fuertes (no le pongas “1234”, por favor), y revisa que no se te meta ningún virus que deje tu sistema más lento que Don Ramón con la renta atrasada.
5. Enseña al equipo, como buen maestro Longaniza
Capacita a tu raza, explícales cómo hacer las cosas sin meter la pata, y de paso, dile a tus clientes cómo comprar seguros. Si todos están bien informados, se arma la machaca sin broncas.
6. ¡Sigue la tendencia, no te quedes atrás!
Esto del comercio cambia más rápido que Kiko de humor. Hoy es código QR, mañana quién sabe. Ponte trucha, lee, pregunta, escucha al cliente y no te quedes como el Jaimito, que prefiere evitar la fatiga.
7. Júntate con los meros meros
Si quieres subir de nivel, échale un ojo a las plataformas que te ayudan a cobrar más fácil. Por ejemplo, los de MTCenter están bien parados y te pueden echar la mano para hacer crecer tu changarro. Uno nunca sabe, igual y terminas vendiendo hasta en línea.
8. Evalúa, mejora y no te rajes
No te duermas en tus laureles, sobrino. Evalúa cómo te va, escucha a tus clientes, y ajusta lo que haga falta. Aquí no hay espacio para el “¡se me chispoteó!”, aquí hay que estar al tiro.
¿Ves, mi gente? Convertir tu tiendita en un centro de pagos confiable no es cosa del otro mundo. Solo es cuestión de ponerse las pilas, hacer las cosas bien y no tener miedo a probar lo nuevo. Y ya saben, si tienen dudas, aquí está su tío Don Cheto pa’ lo que se les ofrezca.