¡Quiúbole, mi gente bonita! Si tienes tu tiendita de abarrotes —como la de su servilleta, Don Cheto— seguro ya te diste cuenta de que los clientes no nomás llegan por el pan, la leche o la coquita pa’l calor. ¡Nel, sobrinos! Ahora también quieren pagar la luz, hacer la recarga del cel, o hasta comprar su tarjetita pa’ ver la serie del momento en el Netflix ese.
Y si tú no estás ofreciendo esos servicios… ¡¡estás dejando los pesos bailando solos en la mesa, mijo!! No te me agüites, que aquí el tío Cheto te dice cómo subirte al tren del mame digital sin que te hagas bolas como el Chavo con la torta de jamón.
¿Por qué te conviene, chamaco?
Te ganas tu lanita por cada recarga
Cada vez que alguien viene a echarle saldo al cel o a pagar su recibo, ¡tú te llevas tu comisión! Como quien dice, es como vender papitas, pero digitales.Llegan más parroquianos
Si vendes recargas y pagos, hasta los que nomás pasaban a saludar ahora entran. Y ya que están adentro… pues ¡pa’ que se les quite lo seco!, se llevan su refresquito o sus rancheritos.Te haces el compa confiable
Que si la recarga, que si el agua, que si la luz, que si la SIM… ¡todo en un solo changarro! Eres como el Súper Nintendo del barrio: ¡un clásico que lo tiene todo!
¿Qué se necesita, Don Cheto?
✔ Un celular, tablet o compu viejita
No necesitas una nave espacial. Con que tengas Internet y puedas entrar a una plataforma, ya estás del otro lado, como diría el Chapulín.
✔ Una plataforma bien trucha
No te vayas con la finta, busca una que sea segura, que no se trabe más que mi compadre en la feria.
✔ Saldo para chambear
Cárgale dinerito a tu cuenta y con eso ya puedes hacer recargas o pagos. Tú controlas la cartera, como buen jefe de la tiendita.
Llega Don José —sí, el mismo que siempre viene con el frutsi en la mano— y te dice:
“Oiga joven, ¿me puede hacer una recarga de $50 a mi Telcel?”
Tú bien pro, abres tu app, pones su número, le das clic y ¡pum!, le llega el saldo en segundos. Y tú, con la sonrisa de Colgate porque te llevaste tu comisión sin despeinarte (aunque ya no tengas mucho pelo, ¿verdad?).
¿Qué puedes vender?
Recargas (Telcel, Movistar, AT&T… hasta la tía de la esquina).
Pagos de servicios (CFE, agua, internet, tarjetas, hasta las benditas colegiaturas).
Pines y tarjetas de regalo (pa’ los gamers o los Netflixeros).
Recargas de IAVE (pa’ los que siempre andan en la autopista).
Venta de SIMs y eSIMs (sí, ya eres todo un dealer legal del cel).
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Consejitos del tío Cheto
Cuéntale al barrio: Haz cartelitos, usa el pizarrón, o suéltalo de chisme entre los clientes: “¡Aquí también se pagan los recibos, jovenazo!”
No te quedes sin saldo: No vaya a ser que llegue doña Lupe y tú sin saldo… ¡te va a poner cara de pocos amigos!
Entrega tu ticket: Da confianza, como cuando el Chompiras decía “¡Soy honesto!”
Enseña a la familia: Si tu hijo, tu sobrina o tu pareja te echan la mano en la tienda, que también aprendan el truco.
¿Y si no sabes por dónde arrancar?
Tranquilo, mi chavo. Hay plataformas pensadas justo pa’ ti: fácilitas, sin broncas, sin letras chiquitas como las de las novelas. ¡Nomás ponle ganas!
Hazte el héroe digital del barrio
Tu tienda ya es leyenda, pero con estos servicios digitales, vas a ser el héroe de la colonia. El punto donde todos llegan a pagar, recargar y de paso, echar el chisme.
Anímate, sobrino. El futuro es digital, ¡y tú ya estás más que listo pa’ rifarte como los grandes!
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